La economía, en especial la política fiscal y las reformas en materia tributaria, serán los ejes centrales de la política colombiana en los años por venir. Esta certeza subraya la importancia de que la ciudadanía sepa qué es exactamente lo que en estas materias proponen los candidatos y precandidatos a la Presidencia de la República.
En el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana ya iniciamos el análisis. Además de una evaluación las propuestas iniciales y opiniones de los aspirantes respecto a una reforma tributaria necesaria e inaplazable, a través de informes venimos estudiando propuestas como la de Alejandro Gaviria, precandidato de la Coalición Centro Esperanza, sobre un ingreso mínimo garantizado para adultos mayores, o la de Gustavo Petro, precandidato del Pacto Histórico, sobre una reforma tributaria centrada en las 4.000 personas de mayores ingresos del país.
Uno de los elementos más importantes en materia de política económica y social es la lucha contra la pobreza. La pandemia por covid-19 afectó seriamente la capacidad adquisitiva y la condición económica de amplias capas de la población –en especial la que trabaja de manera informal–.
Esto obligó al refuerzo de los programas de transferencias económicas condicionadas (como Familias en Acción, Jóvenes en Acción y Colombia Mayor), así como a la creación de iniciativas que permitiesen respaldar el ingreso de los hogares cuyos ingresos se han visto afectados. En este contexto se dio la creación del programa Ingreso Solidario. Sin embargo, la crisis del covid abrió el espacio para el debate sobre la conveniencia de crear en nuestro país un programa de renta básica.
Los alcances de una iniciativa en este sentido –que analizamos en este informe– pueden variar. Estos van desde la búsqueda por paliar un periodo relativamente corto de crisis, hasta contemplar una proyección en el tiempo con objetivos como poner a un sector determinado de la población por encima de la línea de pobreza.
La conversación nacional sobre la renta básica se mantuvo activa con especial fuerza hasta mediados de 2021. Desde entonces –en parte por el inicio de la campaña electoral, en parte por desinterés de algunas fuerzas políticas y en parte porque el Gobierno nacional se jugó por el reforzamiento de Ingreso Solidario– el tema ha bajado en exposición.
Sin embargo, el tema de la renta básica está todavía lejos de desaparecer del panorama político de nuestro país. Por un lado, varios candidatos y precandidatos están hablando del tema y, por otro, la OCDE, en su análisis sobre el panorama de la economía colombiana propuso fusionar en una sola iniciativa todos los programas de transferencias condicionadas que ofrece en la actualidad el Estado colombiano. Esto último, aunque es solo una recomendación, será relevante en la discusión de la reforma tributaria que tendrá que hacer sí o sí el nuevo gobierno, y en reformas en los frentes de salud y seguridad social –que parecen también cada vez más cercanas–.
Conviene, entonces, darle un repaso a lo que sobre el asunto están diciendo algunos candidatos y precandidatos presidenciales.
Comencemos por Carlos Amaya, precandidato por la Coalición Centro Esperanza. En su página web, el exgobernador de Boyacá. Plantea “una renta básica temporal a 8 millones de personas vulnerables” y una “renta básica a adultos mayores”.
Aunque no se entregan detalles sobre las fuentes de financiación ni sobre la población objetiva que se beneficiaría con estas iniciativas, se plantea “una reforma tributaria estructural, progresiva y redistributiva que incremente el recaudo sin afectar población vulnerable ni clase media”. Esta sería pues, la fuente de recursos para las iniciativas, pero, de nuevo, no se entregan detalles adicionales.
El también precandidato de la Coalición de la Esperanza, Sergio Fajardo, coincide con Amaya: sí a una renta básica.
El planteamiento del exalcalde de Medellín y exgobernador de Antioquia tiene una estructura más elaborada, pues tomaría como base la iniciativa que sobre renta básica propuso desde 2020 Iván Marulanda, senador del Partido Alianza Verde. El año pasado, Fajardo la calificó como una “iniciativa potente, necesaria y hay que darle trámite rápido”.
El formato del programa que se implementaría, sería diferente al concebido durante los momentos más agudos de la pandemia. El senador Marulanda planteó inicialmente una renta básica de emergencia por tres meses, consistente en un salario mínimo (como la que se discute actualmente en Chile) que cubriese a 9 millones de hogares.
La iniciativa luego se transformó, proponiendo que la renta básica fuese permanente, tomando también recursos de los “programas asistenciales [que ya están] andando, [y así] fusionar todos los programas”. Esta última encarnación del programa de renta básica se pone en línea con las recomendaciones de la OCDE.
¿Y la financiación? El objetivo de Sergio Fajardo es hacer una reforma tributaria con la que se espera “recaudar 33 billones de pesos”.
“Los que más tenemos más vamos a pagar para construir una renta básica, para hacer una red de protección social. Bajar las tarifas a las empresas, que paguen menos impuestos para que generen trabajo, generen riqueza”, afirmó.
De Amaya y Fajardo se aparta Francia Márquez, precandidata del Pacto Histórico. “Yo no creo mucho en la renta básica”, aseguró.
La aspirante sostiene que “lo que el Estado ha hecho es colocar en un estado de mendicidad a la gente”, y que cree más “en un sistema de fortalecer emprendimientos productivos desde la gente empobrecida en este país”.
“Hay por montones ideas, planes, programas que la gente misma viene desarrollando a pequeña escala desde las regiones. Creo en esos potenciales de fortalecer, por ejemplo, los emprendimientos de las mujeres”, agregó. “Para mí, fortalecer eso sería más importante que simplemente fortalecer una renta básica que el Estado le subsidia o le manda cada mes a una familia”, puntualizó.
Por otra parte, la renta básica también le suena a Alejandro Char, precandidato de la coalición Equipo por Colombia.
El punto de partida sería su idea de eliminar el IVA, reemplazándolo por un impuesto al consumo –una propuesta que analizamos aquí, y que el mismo Ministerio de Hacienda ha considerado inconveniente en el pasado–.
A juicio del exalcalde de Barranquilla, el recaudo de ese impuesto al consumo abriría “la posibilidad de una renta básica universal, que puede estar alrededor de los 600.000 pesos”.
Hasta el momento se desconoce quiénes serían los beneficiados con esta renta básica universal. Tampoco está claro si se trataría de un programa con una vigencia limitada en el tiempo, o si se trataría de un programa adicional a los de transferencias monetarias ya existentes.
Falta mucho por debatir. Y, como hemos detallado, falta también mucho detalle por parte de los candidatos. A menos de 10 días de que se lleven a cabo las consultas internas de las coaliciones, todo parece indicar que –en la mayoría de campañas, no en todas– no habrá demasiado detalle en las agendas que se les presentan a los electores.
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