A tres semanas de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, en el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana seguimos analizando en detalle las propuestas de los candidatos en materia de política fiscal y sus implicaciones.
La publicación de los programas de gobierno de las campañas –unos más detallados, sustentados, profundos y realistas que otros– ha permitido el estudio de temas específicos que marcarán el gobierno de quienquiera resulte ganador en las elecciones del 29 de mayo, o en la eventual segunda vuelta, prevista para el 19 de junio.
El arranque del próximo gobierno –y con ello, el clima de prácticamente todo su periodo– estará marcado por el trámite de una nueva reforma tributaria y por el camino hacia otras reformas de alto impacto en materia pensional y de gasto público. De ahí la importancia de conocer qué es exactamente lo que los candidatos le están planteando al país y, por supuesto, qué tan conveniente resulta cada propuesta.
Esta semana publicamos el informe Propuestas tributarias de los candidatos presidenciales un año después del Paro Nacional, el cual hace parte de nuestra serie #EleccionesPresidenciales2022. Allí analizamos los programas de Gustavo Petro, Federico Gutiérrez, Rodolfo Hernández y Sergio Fajardo desde la perspectiva de sus planteamientos sobre impuestos.
En esta ocasión queremos contarles qué encontramos sobre el Impuesto al Valor Agregado (IVA), uno de los que más presentes tiene la ciudadanía. Este impuesto, denominado impuesto a las ventas en el Estatuto Tributario recae sobre el consumo de bienes y servicios en las diferentes etapas del proceso productivo –es decir: producción, distribución, comercialización e importación–.
El IVA se cobra sobre toda la cadena productiva, pero solo grava las transacciones que incrementan el valor en cada uno de los eslabones de dicha cadena. En la actualidad su tarifa general es del 19 por ciento, y se aplica a bienes y servicios, que pueden ser excluidos, exentos o no sometidos.
Para saber más sobre el IVA, los invitamos a consultar nuestra Guía ciudadana a la tributación y el gasto del Estado colombiano.
La suerte del IVA –una de las principales fuentes de ingreso del Estado colombiano, llegando a 6,3 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB)– está presente en la agenda de la opinión pública desde hace al menos tres décadas. Desde su incremento al 16 por ciento en 1995 hasta el hundimiento del proyecto de reforma tributaria que buscaba gravar productos de la canasta familiar con ese impuesto, pasando por la aprobación, hace seis años, de la tarifa actual.
Pero, ¿qué dicen los candidatos? Ninguno de los cuatro candidatos punteros (según las más recientes encuestas sobre intención de voto) propone cambios sustanciales al IVA. Gustavo Petro propone aumentar el IVA de los alimentos “ultra procesados”, una medida que es vista con buenos ojos por los defensores de los denominados impuestos saludables –un tema que ha vuelto a centrar la atención de los medios de comunicación por cuenta del proceso para avanzar en medidas de etiquetado que den cuenta de la información nutricional de este tipo de productos–.
Al igual que Petro, Sergio Fajardo no aumentaría el IVA a productos de la canasta familiar, y propone medidas similares en materia de impuestos y salud pública, aunque las medidas no se introducirían a través del IVA dino de un impuesto al consumo.
Por su parte, Federico Gutiérrez no plantea modificaciones al IVA, apartándose de la propuesta de la coalición en cuya consulta ganó su candidatura, en el sentido de eliminar el impuesto.
Quien sí haría cambios radicales al IVA es Rodolfo Hernández. Su propuesta es eliminar el IVA descontable, y reemplazarlo por un “IVA no descontable” del 10 por ciento, algo que en la práctica lo convertiría en un impuesto a las ventas. Una movida en este sentido terminaría por aumentar el costo de la producción de algunos bienes y servicios, sobre todo de aquellos que tienen procesos de producción más complejos.
Pasaría algo parecido a lo que hubiera sucedido si se hubiera aprobado el proyecto de reforma tributaria propuesto por el Gobierno nacional el abril de 2021, el cual transformaba los bienes exentos en bienes excluidos: los vendedores de productos finales, al enfrentar mayores costos de producción por no poder descontar el IVA de los insumos que emplean, pasarían esos costos tributarios adicionales a los consumidores.
Esto, en la práctica, llevaría el impuesto a niveles superiores al 10 por ciento en valor agregado. Es precisamente buscando evitar escenarios de este tipo que suelen usarse impuestos como el IVA o el de consumo, y no el de las ventas.
Mientras seguimos analizando las propuestas de los candidatos y les compartimos nuevas conclusiones derivadas de los informes que venimos compartiendo con la opinión pública, les invitamos a leer este análisis en materia tributaria.
Más análisis, más y mejores argumentos para tomar decisiones electorales. Esa es la receta para votar siempre con la cabeza.
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