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¿Por qué es importante el impuesto al patrimonio y cómo aporta a la equidad fiscal?



El impuesto al patrimonio es un tributo que se genera por la posesión, a primero de enero de cada año, de un patrimonio líquido igual o superior a 72.000 UVT, es decir, $3.388.680.000 para 2024. Cuando se habla de patrimonio líquido, se hace referencia al valor neto, es decir, que al total de los activos se le restan las deudas. En este blog vamos a exponer cómo funciona este impuesto, por qué es importante y cómo su perdurabilidad aporta en la construcción de la justicia y equidad fiscal.


Este impuesto no es nuevo en el contexto colombiano. Aunque ha tenido una serie de modificaciones a lo largo del tiempo. Se creó en 1935 mediante la Ley 78. En ese momento, se trataba de un impuesto complementario al impuesto sobre la renta, aplicable a personas naturales y jurídicas, que exoneraba a los patrimonios pequeños y cuyas tarifas progresivas iban desde el 1 por mil hasta el 8 por mil. Este impuesto, como complementario al de renta, desapareció en 1992 pero, desde el año 2003 ha sido retomado en el país como un tributo independiente, que ha tenido diferentes finalidades y denominaciones, entre ellas, impuesto a la riqueza. 


Durante más de dos décadas se ha creado, modificado, eliminado y vuelto a crear el impuesto que recae sobre la posesión de determinado patrimonio. En ocasiones, ha gravado tanto a las personas naturales como a las jurídicas, en otras, se ha enfocado sólo en las personas naturales. Las bases gravables y las tarifas también han sido objeto de modificación a lo largo de estos años, donde la constante es hablar de un impuesto de carácter temporal pero, en la práctica, ha estado vigente año tras año, con un nombre u otro.


Precisamente, se ha conocido que la Corte Constitucional está actualmente en un empate de cuatro a cuatro votos sobre la constitucionalidad o no del impuesto al patrimonio, lo que deja a este impuesto nuevamente en un limbo. Aún  no se conoce el desenlace de la decisión de la alta corte. Sin embargo, desde el Observatorio Fiscal de la U. Javeriana queremos resaltar y explicar cuál es la importancia de este impuesto para las finanzas públicas, es decir, que tanto se ha recaudado y cuánto se espera recaudar en los próximos años y, por qué se incluyó en la reforma tributaria de 2022.


De acuerdo con las cifras publicadas por la DIAN, este impuesto le ha reportado más de $20 billones al fisco colombiano en los últimos 10 años, una cifra importante que ha permitido realizar inversiones en salud, educación, infraestructura, entre otras. Según el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP) de 2023; “el impuesto al patrimonio, que por primera vez es de carácter permanente, tiene un propósito redistributivo al aumentar la Tasa Efectiva de Tributación  (TET) de los contribuyentes de mayores ingresos que históricamente han sido favorecidos por algunos beneficios tributarios. El diseño de tarifas marginales mejora la equidad vertical del impuesto dado que incrementa la contribución de los patrimonios de mayor valor, los cuales usualmente pertenecen a las personas naturales de mayores ingresos”.


Además, el mismo MFMP (2023) expone que, “a diferencia del impuesto al patrimonio que estuvo vigente entre 2019 y 2021 con un esquema de tarifa plana, el nuevo diseño minimiza las distorsiones sobre la estructura económica al no generar tantos incentivos para que los contribuyentes realicen una planeación tributaria que les permita disminuir su patrimonio y, de esta manera, no traspasar el umbral a partir del cual se comienza a tributar”. 


De esta manera se obtienen ingresos adicionales para el Estado con el fin de garantizar la inversión pero, sin aumentar las cargas impositivas sobre los sectores con menor capacidad contributiva, pues este impuesto actúa como un mecanismo para reducir las desigualdades económicas al exigir a los más acaudalados una mayor contribución al financiamiento del bienestar social.


Efectos o impactos en las finanzas públicas

Según nuestros cálculos iniciales con base en la información del MFMP 2023, se proyectaba un recaudo de alrededor del 0,1% del PIB, equivalente a unos $1,5 billones anuales, producto de dicho impuesto. Esta cifra fue ajustada por el Ministerio de Hacienda en la presentación del Marco Fiscal de Mediano Plazo el pasado 14 de junio. En la matriz de riesgos fiscales se incluyeron los supuestos ante posibles demandas, y se estimaron impactos de $1,3 billones en 2024, y de $1,53 billones anuales entre 2025 y 2035.


Aunque el impuesto sobre el patrimonio no le aporta al presupuesto público cantidades tan importantes como las que reportan el impuesto sobre la renta o el IVA, lo cierto es que, año tras año permite que se realicen diversas inversiones en pro de sectores vulnerables. Solo para dar un ejemplo concreto, el recaudo anual del impuesto al patrimonio equivaldría a los recursos necesarios para sacar de la pobreza extrema por todo un año a más de 450.000 colombianos, teniendo en cuenta que la línea de pobreza extrema se sitúa en $218.846 mensuales ($2.626.152 anuales).


Es importante también indicar que el impuesto al patrimonio recae sobre un número relativamente bajo de contribuyentes. Los agregados de las declaraciones publicados por la DIAN muestran que, mientras las personas naturales declarantes de renta en 2022 fueron alrededor de 5,5 millones, los declarantes de impuesto al patrimonio en 2023 fueron alrededor de 32.000 personas. Esto confirma que se trata de un tributo que recae sobre la población con mayor capacidad contributiva.


Otro aspecto a destacar es que, este impuesto no es exclusivo del sistema tributario colombiano, países como Francia, España, Argentina, Brasil entre otros también lo tienen en sus ordenamientos tributarios y sus tarifas oscilan entre el 0,5% y el 3,5%.  La estructura de dicho impuesto varía según la región, en algunos casos se calcula sobre el patrimonio neto y en otros, lo imponen sobre los activos financieros y/o propiedades, pero en todos los casos procurando abordar las desigualdades económicas y aumentando el recaudo fiscal. Además,  en la actualidad se está planteando en Europa, una iniciativa que propone gravar el patrimonio de los “super ricos” al menos con un 2%. Los expertos que trabajaron en la propuesta estiman que si se materializa, se podrían obtener recursos aproximados de 250.000 millones de euros.


El impuesto al patrimonio no está exento de críticas. Una de las principales se relaciona con la incertidumbre frente a la inversión tanto nacional como extranjera. Esta es una situación ligada a la estructura misma del sistema tributario, pues en países como el nuestro, donde existe alta dependencia del impuesto sobre la renta, contar además con el impuesto al patrimonio es considerado por algunos analistas y expertos como una manera de desincentivar la inversión y el ahorro, aunque no hay estudios detallados que demuestren estas afirmaciones para el contexto colombiano. El gravamen sobre el patrimonio promueve la equidad; sin embargo, hay que tener en cuenta que si llegara a ser demasiado alto podría disuadir a los inversionistas, ya sea a los nuevos o a los que piensan en una expansión para sus compañías. Es por ello que,  se esperaría que el esquema de tarifas marginales introducido en la última reforma tributaria ayude a  minimizar este riesgo.


Finalmente, queremos resaltar que el impuesto al patrimonio, con las imperfecciones que pueda tener, es una herramienta que permite contribuir a la equidad del sistema tributario, aumentar los ingresos del Estado y mejorar la redistribución, lo que resulta relevante en un país como Colombia, donde la desigualdad económica y fiscal es ampliamente conocida.


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