A medida que pasan los días y la agenda pública migra hacia nuevos temas que demandan la atención de los ciudadanos, el foco de atención se ha apartado de la situación que se vive en el archipiélago de San Andrés –particularmente en la isla de Providencia, azotada entre el 15 y 16 de noviembre por el paso del huracán Iota.
Es importante resaltar que la acción del Gobierno nacional para atender la situación de los ciudadanos que viven en la isla y dar comienzo a la reconstrucción de las viviendas, vías y servicios afectados ha abordado un enfoque integral que debe resaltarse.
Sin embargo, las reacciones de funcionarios y ciudadanos como consecuencia de la tragedia plantearon un debate que vale la pena abordar en el contexto de las finanzas públicas nacionales.
A la par de la reacción gubernamental, organizaciones civiles y miles de ciudadanos buscaron la forma de contribuir con víveres y dinero para paliar la grave situación de viven los damnificados por el paso del huracán.
A estas expresiones se sumaron, por ejemplo, manifestaciones de funcionarios del Gobierno y de congresistas llamando a los colombianos a hacer sus aportes. Estos llamados fueron respondidos con críticas de miembros de fuerzas políticas de oposición, quienes criticaron la que consideran es una mala gestión de los recursos públicos.
Es importante hacer una aclaración: la movilización ciudadana, movida por la solidaridad y la compasión, será siempre deseable. En muchos círculos de la sociedad colombiana se ha criticado durante décadas la falta de apoyo entre ciudadanos. Más unión y más solidaridad, es una fórmula que siempre será deseable y que ha demostrado ser la base para la realización de profundas y muy positivas transformaciones en favor de quienes más las necesitan.
Así, la conversación es otra. ¿No es posible para el Gobierno movilizar una cantidad mayor de recursos a los que se han dispuesto para la emergencia y los que han llegado gracias a la buena voluntad de los ciudadanos que han querido ayudar aún en un contexto tan difícil como el actual?
Se trata de un interrogante pertinente si echamos una mirada al estado actual de las finanzas públicas sobre el cual le han contado al país los funcionarios del Gobierno nacional. Durante las discusiones de la ley de Presupuesto General de la Nación para 2021, por ejemplo, un informe de la Contraloría General de la República señaló que los recursos del balance –que corresponden a los ingresos producto del ejercicio presupuestal anterior, es decir, dinero que no se gastaron las entidades que hacen parte del Presupuesto General– pasarán de 3,2 billones de pesos en 2020 a 12,3 billones en 2021.
Estos recursos suponen un excedente en las cuentas del Gobierno –dinero con el que no se contaba–. No obstante, todo parece indicar que estos recursos se destinarán para tapar una parte del hueco que tendrán las cuentas públicas el próximo año.
Algunos ciudadanos cuestionaron que no se destinaran recursos provenientes del Fondo de Mitigación de Emergencias (FOME), creado por el Gobierno nacional para atender las consecuencias de la pandemia. Esto, sin embargo, no es posible, dado que el decreto 444 que creó dicho fondo les dio destinación especifica a los recursos.
El desembolso de los recursos del FOME da cuenta de la excesiva cautela con que se ha desembolsado el dinero. La más reciente verificación realizada por el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana detalla que, pasados ocho meses desde el inicio de la pandemia, de 40,5 billones de pesos disponibles, solo se han desembolsado 16,7 billones de pesos.
Entre tanto, la situación en Providencia sigue siendo muy delicada. El sector privado ha seguido sumándose y las donaciones para la reconstrucción siguen llegando.
Por su parte, avanza un plan de 100 días adelantado por el Gobierno nacional. “Nosotros hemos venido hablando de un plan de 100 días de reconstrucción. Tal vez nos va a tomar un poco más de tiempo, pero lo importante es que en los primeros 100 días de intervención tengamos la atención en materia humanitaria y entrega de soluciones para las familias más afectadas”, dijo el presidente de la República.
En los últimos días se ha dado la reconexión de servicios públicos esenciales. Por su parte, las autoridades locales han alertado sobre el riesgo de que, debido a la emergencia, se presente en la isla un pico de contagio de Covid-19.
La solidaridad ciudadana también puede manifestarse en mantener vigente la situación del archipiélago en el ojo de la opinión pública.
Son muchos los canales disponibles para ayudar y muchas las formas en que es posible hacerlo. Los invitamos a hacerlo –nosotros ya lo hicimos.
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